Hoy queremos hablar de dos películas
protagonizadas por la super-estrella Audrey Hepburn y William Holden, dos pelis
muy interesantes, que sin embargo se quedan eclipsadas por la historia detrás
de cámara de estas películas.
Todo empieza cuando el único Billy Wilder
("Sunset Boulevard") decide hacer una nueva película, una de esas típicas
comedias románticas que afloraban en la época dorada de Hollywood, una peli que
trata de un rico hombre que se enamora de la hija de uno de sus empleados,
poniendo en riesgo el compromiso previo que tenía con una millonaria, para
evitar esto el hermano de este millonario, decide conquistar a su nuevo interés
para que todo vuelva a la normalidad. Para esta historia titulada
"Sabrina" que se estrenaría en 1954, se decidió contratar a los dos últimos
ganadores del Oscar, William Holden ("Stalag
12") y Audrey Hepburn ("Roman Holliday"), y para el rol del
hermano, se decidió contratar a nada más ni nada menos que Humphrey
Bogart, en un rol bastante inusual para él, ya que lejos de ser el chico
malo, debió actuar como el bueno. La historia oficial cuenta que Bogart quien
en ese momento pasaba por momentos turbios en su relación y quizás por un poco
de celos ante un joven Holden que venía de conquistar el Oscar, estuvo
insoportable a lo largo de la filmación. Sobre actuando sus entonaciones para
escupir a Hepburn en sus dialogos, llegando tarde a set, quejándose de que
Holden tenía mejores planos, y culpando a Wilder de hacer un complot para destruir
su carrera, incluso llegó a invitar a todo el set a una comida, salvo al
director y sus dos coprotagonistas. Totalmente excluidos, Holden quien estaba
casado y Hepburn quien estaba comprometida del actor Mel Ferrer, comenzaron un
"secreto" romance, el cual le dio vida a los paparazzi durante toda
la filmación. Fue tal su enamoramiento que ambos llegaron a la decisión de
romper sus relaciones y escaparse, pero sin embargo en un giro digno de una
gran película, Holden le anuncio en el último día de grabación a Hepburn, que
se había hecho una vasectomía y que además no quería volver a tener hijos. Esta
noticia devastó tanto a Hepburn que rompió inmediatamente con él ya que su gran
sueño era ser mamá. Ambos en diversas noticias a través de los años admitirían
que el otro fue el amor más grande de su vida.
Una década despues, Holden se había vuelto un alcohólico
de tiempo completo, mientras que Hepburn estaba infelizmente casada, pero tenía
el hijo que tanto había deseado. Ahí en ese cruce de destinos entra "Paris
When It Sizzles", dirigida por Richard Quine ("How to Murder Your
Wife"), una película que trata sobre un guionista que tiene tan solo 1 día
para acabar su última película, por lo que contrata una asistente que escriba
mientras el dicta. Una muy interesante película sobre el proceso creativo, con
varias películas dentro de la película. Pero lo más importante es que volvió a
reunir a Hepburn y a Holden en los roles protagónicos. Y según cuenta la
leyenda la película fue un largo intento de Holden de reconquistar al verdadero
amor de su vida, mientras que Hepburn se la pasó evitando a Holden, quien era
la sombra de lo que alguna vez fue. Donde incluso Quine debió mudarse a
la habitación de al lado de Holden para garantizar que no hiciese locuras durante
el rodaje. Una historia que acabo sin final feliz, ya que el tren del amor
entre los dos había ya dejado la estación 10 años antes.
Sin duda una de las historias más interesantes de
Hollywood, todo en el marco de dos muy buenas películas. Y quien sabe, quizás
algún día si consigo financiación veamos este detrás de cámaras llevado a la gran pantalla, ya que a
veces la realidad es mucho más interesante que la ficción.
Notas: Sabrina 6,75/10
Paris When it Sizzles 7,25/10
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