Hoy tenemos dos películas que tocan el mismo tema, de manera diferente, pero ambas hechas de una manera brillante con actuaciones impactantes e historias punzantes y apasionantes. Dos películas que además entran en la discusión de mejores películas dirigidas por mujeres y que se lanzan al complicado tema de hacer una película donde sus protagonistas son mudos como lo son “Children of a Lesser God” y “The Piano”.
“Children of a Lesser God” de 1987 está basada en la obra de teatro homónima, dirigida por Randa Haines (“Dance with me”) “Children of a Lesser God”, nos cuenta la historia de un profesor para niños sordo-mudos quien es contratado por una de las escuelas para niños con esta discapacidad más prestigiosas del país. El profesor interpretado por William Hurt (“The Kiss of the Spider Woman”), llegará a innovar con nuevos métodos y dar una nueva vida a muchos de sus estudiantes, mostrándoles que su supuesta discapacidad no les impedirá vivir una vida llena y feliz. En el camino conocerá y tendrá una relación con la joven conserje del colegio, una mujer sorda que a pesar de su potencial se quedó atascada. Una película muy interesante, no solo por su tema que abre los ojos sobre la educación y los problemas a los que se enfrentan este tipo de personas. Pero que tiene una historia apasionante con grandes emociones. Al mismo tiempo debemos exaltar sus dos actuaciones principales, primero de la Hurt que si no se hubiera ganado el Oscar el año anterior, sin duda habría sido el ganador de este premio, para el cual aprendió el lenguaje de señas, el cual hace durante toda la película. Y en segundo lugar, el absoluto y genial trabajo hecho por Marlee Matlin. Quien en su primer rol de la vida, y siendo ella misma sordo-muda, se roba cada escena en la que está. Y con sus miradas logra comunicar emociones y pensamientos que muchos con mil palabras no podrían. Hasta el día de hoy, ella es la actriz más joven en llevarse el galardón a mejor actriz principal. Y quizás en nuestra opinión la mejor.
“The Piano” de 1993 está dirigida por Jane Campion, y nos cuenta la historia de una madre muda por voluntad propia, y su hija que arriban a las costas vírgenes nueva zelandesas con un Piano, luego que su padre la “vendiera” para casarse con un explorador local. Esta película es una obra de arte, y es algo increíble que este haya sido el primer film de Campion, quien muestra una maestría única en cada detalle. Desde su historia situada a la mitad del siglo XIX, donde nuestra protagonista interpretada por Holly Hunter (Raising Arizona) hace un papel fabuloso que le valdría el Oscar, no solo como madre en la intemperie, sino como una mujer que acabará en un triángulo amoroso entre su esposo por correspondencia interpretado de manera seria y fría por Sam Neil (Jurassic Park) y el mejor amigo de este, el apasionado Harvey Keitel (“Mean Streets”). Hasta lograr que una chiquilla como Anna Paquin (X-men) de diez años sacará una actuación sorprendente para su edad que la haría ganar el óscar a mejor actriz de reparto. Pero sobretodo la relación que esta película tiene con su sonido, el juego constante del silencio, sus dialogos y una banda sonora magistral, en la que sobresale el Piano, por el cual Hunter cominca sus emociones, es lo que eleva una historia simple en una obra maestra. La película tuvo la mala suerte de competir ese año contra otra obra maestra como Schindler List que le arrebató el Oscar a mejor película, mejor director(a) y mejor cinematografía. Sin embargo a aparte de los dos Oscars de actuación logró llevarse para Campion un muy merecido Oscar al guión original.
Dos grandes pelis, que deben ser vistas sí o sí, por sus temas, sus actuaciones, su música y sus directoras.
Notas: Children of a Lesser God 8,25/10
The Piano 8,75/10
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