Hoy nuestro avión sale al norte de Africa para aterrizar en las lindas playas tunecinas. Para hablar de la peli Tuneso-francesa, “Arab Blues” como se le bautizó para el mercado internacional o como se le llamó originalmente “Un Divan a Tunis” cuando salió el año pasado.
“Un Divan a Tunis” es dirigida por Manele Labidi, una politóloga y financiera franco-tunecina que tras ganar un concurso de guiones logró financiar esta película que ella misma escribió. La peli sigue la historia de una tunecina que luego de estudiar y vivir en Paris por gran parte de su vida, decide volver a su ciudad playera a las afueras de Túnez, y montar un centro de psicoanálisis, en un país donde tales prácticas no suelen ser normales. Allí deberá hacer frente a un montón de situaciones divertidas y extrañas, típicas de cuando alguien vuelve a un lugar del pasado y sobre todo con tantas costumbres tan diferentes de donde ha pasado gran parte de su vida. Pero no todo serán elementos de pez fuera del agua, sino también se trataran temas tabúes en una sociedad musulmana, el homosexualismo, la salud mental, el machismo, la religión entre otras cosas más. También nos gustó que la película, que fácilmente hubiera podido tornarse en una burla hacía las costumbres conservadoras de Túnez, no hace tal cosa, y muestra las dos caras de la moneda. Sobre todo analizando la compleja situación de las personas con más de una nacionalidad y más de una cultura, de manera muy interesante. A pesar de toda esta seriedad, “Arab Blues” es sin duda y especialmente, una película de comedia muy divertida, para adentrarse a la cultura tunecina.
Labidi ha tenido mucha suerte ya que esta siendo su primera película cuenta con una actriz de la talla de Golshifteh Farahan (“About Elly”) , la famosa actriz iraní que además ha tenido una buena trayectoria en Hollywood. Y en esta película se ve su gran talento, ya que en su actuación, la de una mujer entre dos mundos, que quiere traer lo que ella cree son las enseñanzas superiores de uno al otro, reposa el éxito de esta película. Que aparte de hacer reír y pensar nos darán ganas de seguir viendo películas de todas partes del mundo y de encontrar como a pesar de las distancias y las culturas, todas tienen como base muchas de las mismas cosas. Sea en una película espacial hecha en Estados Unidos, algún drama amoroso en Hong Kong o un diván en el techo de un pueblo tunecino.
Nota: 7/10
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