Sliding Doors

Hoy tenemos una de las comedias románticas más originales de los 90's, aunque desde su salida se ha dejado de hablar de ella y es una verdadera pena lastima ya que pocas historias tienen una primicia tan interesante, hablamos de "Sliding Doors" de 1998.

Escrita y dirigida por Peter Howitt ("Johnny English"), "Sliding Doors" empieza con Gwyneth Palthrow ("Shakespeare In Love") corriendo a tomar el metro en una  típica hora pico del Londres de los 90's, al llegar a la puerta del vagón las puertas se cierran, ella intenta entrar de todos modos. En ese momento la pelicula se divide en dos historias, dos efectos dominós de lo que pasaría si ella logrará entrar al metro a tiempo, y lo que pasaría si no lo hace. Empieza así una película partida en dos, mostrándonos como los detalles más insignificantes y banales pueden tener un gran impacto. En medio de esta historia muy original se encuentra John Hannah ("The Mummy"), como interés amoroso de Palthrow en una de las realidades y como se podría decir actor segundario en la otra realidad. Hannah quien es más conocido por sus roles cómicos, hace un muy buen trabajo siendo un "Leading Man" más normal de los que estamos acostumbrados a ver en estas películas, y se podría decir que Palthrow hace lo mismo, alejada de los clichés típicos de este género. Al contrario, y casi de manera paradoxal con una trama tan extraña, está peli tiene un toque de realidad e incluso crudeza bastante especial a lo largo de la película. 

Durante este proceso de salto de un lado al otro, de una realidad a la otra, donde a veces solo podemos saber cuál es cual gracias a la largura del pelo de su protagonista, el espectador se preguntará una y otra vez cuál de las dos realidades es mejor, para cada protagonistas, ya que si algo deja en claro esta película es que nunca nada es perfecto, y que detrás de cada puerta alegre también se encuentra un toque de oscuridad, pero del mismo modo detrás de cada puerta sombría se encuentra un rayo de luz a la lejanía. Sin duda una pelicula que vale la pena ver, no solo por sus ideas y su mensaje algo existencial sobre la suerte, el destino, y las decisiones propias, si no también por el experimento que hace en su forma de contar esta historia. Por último una linda oportunidad de ver las calles londinenses como actor segundario de esta historia apasionante.

Nota: 8/10