
Hay pocos momentos que hayan marcado tanto la
historia de la Francia contemporánea como la portada que apareció en
"L'Aurore" el 13 de agosto de 1898, en ella el escritor Emile Zola,
acusaba públicamente a las fuerzas armadas francesas de haber acusado sin pruebas,
haber condenado con pruebas falsas y luego encubierto el complot, contra
el militar Albert Dreyfus, solo por el simple hecho de ser judío. Irónicamente
una película sobre este evento histórico podría bien ser la gota que reboza la
copa, al respecto del cine francés, quien tal como los militares de la tercera república,
deberían de ser acusados por lo que están haciendo, hoy hablamos de
"J'Accuse".
"J'Accuse" es dirigida por el icónico
y polémico director Roman Polanski ("Chinatown") y sigue la historia
de famoso caso Dreyfus el cual explicamos en nuestra introducción. Hace un par
de años en Paris fui al cine al ver la última película de Polanski en ese
momento "D'apres une histoire Vraie" y me llevé una de las peores
sorpresas en una sala de cine que he tenido, no podía creer que Polanski
hubiese hecho una película tan desastrosa, sin sentido, predecible, aburrida.
Por eso cuando este año todos los críticos franceses argumentaban que Polanski
"Había vuelto a su nivel" lo tomé cautelosamente, ya que son pocos
los casos en la historia en los que un director pasa de un desastre total de
película a una obra maestra. Sin embargo, cuando me enteré de su temática, uno
de los eventos más importantes de la historia francesa, su actor principal, el magnífico
y muy talentoso Jean Dujardin ("The Artist") y que además había
ganado el Cesar a mejor Director, me animé por fin a verla, solo para una vez
más llevarme más enojos que sorpresas. Esta película está lejos de ser un
desastre, e incluso se puede considerar una película correcta, pero que los periódicos
en Francia hacen de esta película como si fuese extraordinaria es una prueba
clara que el cinco francés pasa sin duda el peor momento de su historia.

Ayer cuando hablamos de Godard, mostramos que a
pesar que sus películas a veces no eran perfectas, siempre había algo por lo
cual ameritaba verlas, una escena, una idea, un estilo, algún riesgo. Todo eso
es lo que "J’Accuse" no lo es. Es una película lenta, simple, sin
emoción, sin invención, el sueño de un burócrata o un historiador rígido,
cada escena se siente como estar sentado en el piso del senado a las cuatro de
la tarde luego de un banquete. Están claro, las escenas en que los personajes
muestran su emoción, están también las lecciones morales, hechas de una manera
tan poco sutil que resultan revoltosas. Polanski sin duda, utiliza toda su experticia
para hacer una película técnicamente impecable, los vestidos, las referencias,
todo nos hace sentir ahí en el fin del siglo XIX, pero también nos hace sentir
un sentimiento de pasividad desalmante. Tal como lo son 99% de las películas
francesas de los ultimos 10 años, una historia de adversidad, actuada al límite
del melodrama, sin sutileza, menospreciando la inteligencia de sus espectadores
y al mismo tiempo casi de manera imposible, siendo presuntuosas como pocas.
Películas que parecen salidas del mismo molde, que dirían Truffaut, Varda,
Godard, Rohmer, Malle, o Bresson, de ver tanta falta de riesgo, tanta
conformidad y tanta cobardía. Una película cuya única escena que causa un mínimo
emoción es una vil copia de la escena final de "Z" un film del cual
hablaremos pronto, uno de una época gloriosa del cine francés, una que tal como
las palabras de Zola viven tan solo en el pasado.
Nota 6/10
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