
"Goodbye Christopher Robin" muestra
como A.A Milne famoso por sus comedias teatrales, vuelve de la primera guerra
mundial a la cual decidió enlistarse, como un hombre cambiado, al haber visto
las desgracias y miserias de la guerra ya no quiere escribir sobre
situaciones dulces, quiere escribir un libro sobre la guerra y el miedo, dolor
y tristeza que esta conlleva. Para esto decide dejar la gran Londres
cosmopolita por una pequeña casa de campaña. Algo que su mujer (Robbie) no
aprecia para nada. Milne en un vacío de creatividad, comienza a observar a su
hijo (a quien previamente no le ponía mucha atención), y sus juegos con sus
peluches, uno de ellos un oso llamado Winnie en honor al oso del Zoológico de
Londres, rescatado de la región canadiense de Winnipeg. Poco a poco comienza a
dejar de lado su novela sobre la guerra, y pasar más tiempo con su hijo,
creando para él un mundo entero. Un mundo que lo llevara a él pero sobre todo a
su hijo a la cúspide de la fama, con todo un país en fanatismo total con el
pequeño Christopher Robin y su peluche.
Gleeson hace un papel excelente como es habitual
en él, en un papel complejo donde tiene que incorporar diversos rangos para
retratar la complejidad de Milne, un personaje siempre en el medio, un buen
esposo o uno egoísta, un padre amoroso, o un escritor que vio una oportunidad
en su hijo. Margot Robbie hace lo mismo con un personaje un poco menos
complejo, una “socialite” británica amante de la buena vida y con poca
paciencia para su hijo (a quien sin embargo quiere mucho). Kelly Macdonald (“Nanny
Mcphee”, “Anna Karenina”) hace una buena labor como la niñera de Christopher
Robin, trayendo una dosis de humanidad y cariño. Finalmente el joven Will
Tilston hace muy bien su papel de niño feliz y curioso cuando toca, al igual
que dominar los registros dramáticos cuando le tocan.
Una pelicula muy linda, con muchísimos temas,
desde la guerra y sus repercusiones al proceso creativo que permitió la
existencia de uno de los personajes más famosos de la historia. Pero que también
retrata de manera majestuosa, la relación de Milne con su familia, pero
sobretodo la historia del pequeño Christopher y su relación con su niñera y sus
padres. Un niño que solo quería jugar y que termino volviéndose una
superestrella, con el peso que esto conlleva. Una película que durante casi su
totalidad me pareció excelente, lastimosamente sus ultimos 10 minutos son algo caóticos,
un salto en el tiempo, mostrando la relación del ya adulto Christopher Robin
con sus padres, rompiendo totalmente el ritmo y la atmosfera que la película
había creado. Una lástima porque si no fuera por ese final, esta película
hubiera aparecido en mi lista de mejores del año. A pesar de esto esta película
es muy recomendable.
Nota: 7,75/10
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